Durante siglos
España sufrió numerosos ataques Británicos: la isla de Menorca fue conquistada y Cádiz asediada
sin éxito. En las Islas Canarias se sintió especialmente
este “interés británico”, aunque fueron repelidos los ataques uno tras otro.
Cada 25 de
julio, Santa Cruz de Tenerife celebra el más importante
acontecimiento militar de la historia de la ciudad (y puede que del archipiélago canario).
Las tropas y ciudadanía de la isla se defendieron del ataque naval del famoso contraalmirante
Horacio Nelson. El esfuerzo de los tinerfeños bajo las órdenes del general
Antonio Gutiérrez de Otero evitó la conquista de la ciudad y terminó con la pérdida de un
brazo por parte de Nelson.
¿Y qué tiene que ver
este acontecimiento con el vino? Se preguntarán. Pues el vino
aparece en varios momentos del final de esta historia.
Seguidamente a
la rendición de las tropas inglesas, los soldados de la armada de Nelson fueron
embarcados con todos los honores, suministrándoles raciones
de pan y vino por parte de la población canaria,
hecho reconocido por el capitán inglés Toubridge en carta enviada a Nelson.
Al siguiente día, el 26 de
julio, Nelson convaleciente envió una carta al general Gutiérrez en la que
agradecía el trato dado a sus tropas y como presente le envió una barrica de
cerveza y un queso, productos tradicionales ingleses y disponibles en su
armada.
El general Gutiérrez escribe
una carta de contestación de la que podemos extraer este párrafo:
“…Si en el estado
en que ha conducido a V.S. la siempre incierta suerte de la guerra, pudiese yo
o cualquiera de los efectos que esta isla produce, serle de alguna utilidad o
alivio, ésta sería para mí una verdadera complacencia y espero admitirá V.S. un par de
limetones de vino, que creo no sean de lo peor que se produce…”
Los amigos de
la “Tertulia Amigos del 25 de julio”, en concreto
el geógrafo tertuliano don Miguel Ángel Noriega,
nos aclaran que el término limetón procede de la castellanización efectuada por
los canarios del vocablo inglés limit on, el cual hace
referencia a la marca que indicaba el límite que debía alcanzar el líquido con el
que se llenaban esas vasijas de vidrio o garrafones.
En el cierre de
esta capitulación y acuerdo de no volver a atacar tierras canarias, tiene un papel
protagonista nuestro vino, como presente de buena voluntad. Este hecho lo
debemos sumar a los distintos datos históricos que hacen
del vino un producto gastronómico de gran importancia en la historia de Canarias.
Miguel
Febles
BiDueño
Nota final: La imagen de cabecera que acompaña este texto se encuentra en el Museo Histórico Militar de Canarias, antiguo fuerte de Almeyda, en la ciudad de
Santa Cruz de Tenerife. El título del lienzo es
"La capitulación idealizada",
obra de Manuel Lambarri pintada en el año 1947.
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