En este
mes de mayo, con la primavera avanzada, se suceden varias de las fases más
importantes en el ciclo vegetativo de la vid, encontrándose la mayor parte de
los viñedos en un estado fenológico donde los racimos florales están totalmente
desarrollados y tienen su forma típica.
Es un periodo en el que la sensibilidad
de la viña a enfermedades como el mildiu, oídio y botrytis, es elevada, debido
generalmente a las condiciones climáticas de la comarca. La falta de control
de estas enfermedades puede causar reducciones importantes de rendimiento y calidad
en las uvas para la elaboración de los futuros vinos.
En todos los casos se recomienda utilizar técnicas
preventivas, basadas en las prácticas culturales, con las cuales no sólo
reducimos la severidad del ataque, sino que a la hora de un control químico o
biológico éste sea mucho más efectivo.
F. D.
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