En este método de propagación vegetativa y asexual, el vástago o
púa de una determinada variedad se inserta en el patrón de otra variedad. Las
plantas de vid que serán injertadas deben estar sanas, vigorosas y
relativamente jóvenes. Aunque el tipo de injertos varía, generalmente el
injerto más utilizado en la comarca es el de hendidura y prácticamente el único
requisito para que el injerto pegue es que el contacto entre púa y patrón, sea
en la capa de células situadas debajo de la corteza, llamada “cambium”. Esta
área puede secarse fácilmente por lo que hay que procurar mantener la humedad
en la misma.
La formación de las púas se realiza con un
trozo de sarmiento al que le dejaremos una, dos o tres yemas en estado de
reposo. Formamos una cuña en el extremo de las púas cuya longitud es de 5 veces
su diámetro. Con este tipo de púa realizaremos el injerto de hendidura simple o
doble. La mejor época para el injerto es antes del inicio de la
floración para evitar que la circulación de la sabia provoque una sangría en el
patrón. Aunque el injerto se suele utilizar para varios fines el más extendido
en la comarca, es el del cambio de variedad y en estos casos ya que el diámetro
del patrón lo permite se ponen dos púas en los costados del corte, como se
observa en las imágenes.
De cualquier modo para tener éxito con el mismo, se requiere también
de sutileza y práctica.
F. D.
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