El frio invernal no afecta de
forma negativa al viñedo, sino que es importante para el futuro desarrollo de
la vid. En estos meses se encuentra en reposo invernal o
parada vegetativa, la savia deja de circular por la planta, siendo en este
periodo de hibernación cuando la planta descansa y se repone. Esto sin duda
garantizará un buen ciclo vegetativo, comenzando con la brotación cuando llegue
la primavera. Por otro lado se inhibirán o morirán aquellos restos de hongos o insectos, que hayan
quedados instalados en las cepas. De
forma general, la falta de frío invernal produce una pérdida en la capacidad de
brotación del viñedo, influyendo así mismo en la producción final.
Con el avance del
cambio climático, que conlleva inviernos más calurosos, deberemos ir
compensando la falta de frío, con otras medidas de manejo y diseño del cultivo,
ya que no solo jugamos con el clima, sino también con el comportamiento de las
diferentes variedades, suelos, etc. Es por todo que la calidad final del vino y
su diferenciación dependen en gran medida del cuidado del viñedo, que
repercutirá en la calidad final de la uva.
F. D.
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