lunes, 28 de septiembre de 2015

La receta de la felicidad con una copa de VINO

La campaña QUIEN SABE BEBER, SABE VIVIR, finaliza este mes de septiembre tras tres años de andadura. Institucional y de carácter informativo, la campaña se ha  desarrollado por iniciativa del sector vitivinícola español, quien por primera vez ha sumado esfuerzos de forma conjunta, y ha contado con el apoyo y financiación del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de España, y la Comisión Europea.

La campaña ha seguido un programa y unas pautas de consumo responsable y los principales objetivos de la misma han sido:

-          Informar al público en general de que el consumo moderado y responsable del vino es la única manera de disfrutar del producto
-          Incrementar el conocimiento del vino, sus variedades y orígenes.
-          Poner en valor su papel en nuestra sociedad como parte integrante de nuestra historia, cultura, paisaje y dieta mediterránea.
-          Informar de los hábitos de consumo responsable y cantidades de consumo de  bajo riesgo, así como de las consecuencias nocivas del consumo abusivo.


Para esta campaña se ha contado con la colaboración de miles de personas de la sociedad en general y a todos ellos, y a ustedes, los metemos en lo que denominaremos nuestra “COPA DE VINO”.


Mari Paz Gil


lunes, 21 de septiembre de 2015

Bolsa-en-caja. Perdón, ¡bag-in-box!




En su momento, cuando la leche pasó de la botella al cartón y luego a tetrabrik, hubo debate. Hoy ya nadie duda de la adecuación de un envase de bajo coste de transporte que protege al producto lácteo de la influencia del sol. No cabe duda de que un ladrillo de esos es más feo que una bonita botella; pero tampoco está sujeto a debate en los aparcamientos de los supermercados que un tetrabrik pesa mucho menos que una botella.

Ahora tenemos en el mundo de los envases del vino también un nuevo invitado en la mesa: los bag-in-box. Se trata de envases de cartón de diversos tamaños (3 o 5 litros son los más frecuentes en los puntos de venta), en cuyo interior hay una bolsa de plástico opaco. A diferencia del tetrabrik su volumen interior es ajustable a la cantidad de líquido que queda dentro, reduciendo así el contacto del producto con el oxígeno. Esto es interesante para envases de mayor volumen cuyo contenido se consume poco a poco y que sea vulnerable a la oxidación, como es el vino. En este sentido, el envase bag-in-box no es perjudicial para la salud del vino, un garrafón a medio llenar lo es mucho más. Y un corcho en mal estado también.

No obstante, se puede argumentar que un buen vino en una caja de cartón no tiene la misma prestancia, ni provoca tanto el interés del consumidor en el lineal. Estamos acostumbrados a ver estos cartones, los tetrabriks en concreto, para los vinos baratos, no para los buenos. Por lo tanto, si ante nuestros ojos aparece en el lineal un envase grande en formato de caja de cartón, tendemos a pensar que la calidad del contenido debe ser menor. Un perfume se podría vender en envases baratos y poco llamativos, pero por razones obvias esto no ocurre. Por lo tanto, la decisión sobre el envase por parte de la bodega se adentra en un dilema cuando el vino es de cierta calidad y precio. Se deben contrapesar la pérdida de imagen con los ahorros de costes que hacen el producto más competitivo en precio. En términos aproximados, el bag-in-box de 5 litros cuesta 20 céntimos por litro de vino, frente a los 43 céntimos del vidrio de una botella básica. A estas diferencias se añaden otras relacionadas con el transporte y almacenamiento, porque los bag-in-box permiten almacenar más vino en un metro cúbico. Por lo tanto, es la vieja cantinela: diferenciarse de los competidores por la vía de la calidad percibida por el consumidor o por unos precios más bajos. Estas percepciones pueden cambiar; ello depende, entre otras cosas, de la calidad de lo que se encuentra en estas cajas. Además, ¿quién ha dicho que las cajas tengan que ser necesariamente feas? Sus presentaciones pueden y deben mejorar.

Finalmente, en términos medioambientales la comparación entre la botella y el bag-in-box tampoco arroja un claro ganador. Ambos son reciclables, ninguno es reutilizado. La botella podría reutilizarse en un sistema de retorno, pero no es el caso: la botella va al contenedor de vidrio. Del bag-in-box también se puede reciclar buena parte de sus materiales a través de la separación de los mismos.


D.G.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Tacoronte-Acentejo: Vendimia 2015



Tras las primeras vendimias del mes de agosto, y con un retraso general aproximado en la comarca de quince días, las bodegas arrancan motores para no parar con la vendimia 2015. Como es habitual, se ha procedido primero a la recolección de variedades blancas, como gual, listán blanco y tintas como la bastardo, tempranillo y listán negro. Esta última no solo utilizada en la elaboración de los primeros tintos jóvenes, sino que, junto con la negramoll, en  elaboraciones de blancos de uva tinta, los cuales han aumentado en los últimos años. Prácticamente la totalidad de la vendimia en estos momentos, se está desarrollando en cotas bajas de la comarca vitivinícola, donde la relación óptima entre los azúcares y ácidos de la uva requeridos para el tipo de vinos a elaborar se alcanza antes.

El estado de los ochenta mil kilos de uva que han entrado hasta el momento en las bodegas de la comarca es muy bueno. Uvas muy sabrosas, que cederán lo mejor de sí mismas a los futuros vinos, gracias a las modernas elaboraciones y siempre respetando los valores primarios del fruto.

F. D.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Tacoronte-Acentejo en “La balada del Norte” de Alfonso Zapico


Portada y viñeta en “La balada del norte” de Alfonso Zapico

(Astiberri Ediciones, 2015)

Alfonso Zapico, Premio Nacional de Cómic 2012, dedica nuevamente viñetas al vino de la Denominación de Origen Tacoronte-Acentejo; esta vez, en su nueva novela gráfica “La balada del norte” recientemente editada por Astiberri Ediciones. Concretamente, en el capítulo décimo de dicho título, el joven protagonista Tristán busca en el botellero de la casa de su padre un vino, encontrando un Tacoronte-Acentejo de maceración carbónica y eligiéndolo para pasar una relajada velada de sillón. Particularmente, me encanta descubrir anacronismos entre viñetas, y más aun cuando se trata de guiños directos a un determinado sector, como es en este caso.

“La balada del norte” se ambienta en los acontecimientos revolucionarios ocurridos en Asturias durante la Segunda República Española. Constituye una nueva aportación del mundo del tebeo al entendimiento de la Historia de España. Sus páginas muestran magníficamente la intrahistoria que en su momento definiera don Miguel de Unamuno; una intrahistoria que en este caso que nos ocupa nos deja entrever la vida diaria del sector de la minería asturiana con sus miserias y alegrías, sus amores y decepciones. En esta novela gráfica, cada personaje representa un ideal y un sentir de la sociedad del momento, se observan las distintas clases sociales y se muestra la efervescencia política que inunda el ambiente.

La magia de este cómic se circunscribe a una narración gráfica, potentemente documentada, que hasta el momento se balancea perfectamente entre las distintas opciones sociopolíticas sin caer en demagogia. Es una historieta de largo kilometraje donde las 226 páginas de este primer tomo se leen de un tirón, pues el estupendo guión no deja al lector un respiro con un dibujo elaborado en “escala de grises” a base de sutiles aguadas que tan bien sabe hacer Zapico y que ya definen su obra; es más, espero ya ansiosamente la segunda y última entrega de esta nueva magna obra del historietista asturiano. Altamente recomendable para todos los amantes del tebeo y de la historia reciente de este país; además de constituir una nueva referencia de la presencia del vino canario en los tebeos, en este caso con nombre y apellido: Tacoronte-Acentejo.


Santi S.