La Conferencia Española de Consejos Reguladores
Vitivinícolas (CECRV) considera positivo que el Parlamento Europeo haya dado
su apoyo a las medidas de promoción previstas para el vino por la propia
reglamentación comunitaria, tanto en la propia UE, en la que se conceden ayudas a
campañas de información sobre consumo moderado y sobre el sistema de
denominaciones de origen y de indicaciones geográficas que protegen los vinos
europeos, como en países terceros, en los que se co-financian campañas de
promoción, enmendando así la propuesta
de resolución presentada por el Comité de Medio Ambiente, Salud y Seguridad
Alimentaria de la Euro-cámara, que, contrariamente a los reglamentos ya
aprobados (la Organización Común del Mercado del vino, que entró en vigor el
pasado año, y el nuevo reglamento de promoción de productos agroalimentarios de
la UE, ya aprobado y que entrará en vigor en diciembre de este año), promovía
que se impidiera la realización de promoción del vino con fondos europeos,
poniendo así en riesgo la intensa labor realizada hasta el momento por bodegas,
viticultores, denominaciones de origen e instituciones dando a conocer nuestros
vinos dentro y fuera de nuestras fronteras.
Sin
embargo, la asociación que representa a las denominaciones de origen mantiene
su preocupación por que en el texto resultante se deje la puerta abierta a la
posibilidad de introducir medidas en materia de etiquetado, como la inclusión
de posibles alertas sanitarias o de información nutricional e ingredientes,
que, a su juicio, no tendrían ninguna efectividad en busca del objetivo que
persigue la Estrategia de la UE en materia de Alcohol: reducir y eliminar el
consumo abusivo de alcohol. CECRV comparte plenamente la necesidad de educar y
de trasladar a través de los cauces adecuados (servicios sanitarios, centros
educativos, campañas públicas de concienciación…) la necesidad de evitar el
consumo de alcohol en colectivos con los que es plenamente incompatible, ni
siquiera desde la óptica del consumo responsable (mujeres embarazadas, menores,
personas al volante), así como también la de proporcionar cuanta información
pueda necesitar al consumidor sobre el producto, pero no a través de las
etiquetas, algo sobre lo que además se ha demostrado su falta de eficacia.
Existen canales de información mucho más efectivos para ello. La inclusión de
estas alertas sanitarias en el etiquetado sólo serviría para estigmatizar el
producto.
Asimismo, CECRV mantiene su inquietud por que desde las
instituciones europeas se siga pensando, como así lo refleja la
propuesta resultante, que de cara a
elaborar una nueva Estrategia de la UE en materia de Alcohol se debe actuar en materia de precios o
restricciones a la comercialización tratándose de medidas cuya
eficacia en busca del objetivo perseguido no está basada en evidencia alguna y
desviando así el foco del enfoque que de verdad resulta eficaz en la lucha
contra los daños que provoca el consumo abusivo del alcohol: la educación. Para
la Conferencia, la educación, los servicios sanitarios, las campañas
institucionales dirigidas a sectores de la sociedad (menores, embarazadas,
personas al volante) radicalmente incompatibles con el consumo -siquiera
moderado- de alcohol, los propios canales de información y comunicación de los
operadores del sector… son los ámbitos desde los cuales se debe luchar
decididamente contra los daños que provoca el consumo abusivo de alcohol en la
sociedad, tal y como se viene haciendo. Son éstos los ámbitos de acción en los
que todos: sector, autoridades públicas, familias, profesionales sanitarios,
formadores y docentes; debemos dejarnos la piel por reducir y eliminar esos
daños.
Por
último, CECRV reivindica que el vino ha de ser considerado de manera diferenciada
en el conjunto de las bebidas alcohólicas. Para las denominaciones de origen,
es profundamente injusto que se consideren todas las bebidas alcohólicas de
manera indiscriminada, sin tener en cuenta que el vino tiene una especificidad
legislativa propia, al ser considerado como alimento por la legislación
española y contar con legislación propia en materia de promoción, calidad y
presentación. Además, su consumo moderado está contemplado como parte de la
dieta mediterránea. Dicho patrón de consumo y la relativa incidencia en su
abuso aconsejan también una estrategia específica para nuestro producto.
El
vino es un producto que está en el centro de nuestro patrimonio cultural y
gastronómico y que reporta a numerosas regiones, no sólo españolas, sino de la
UE y de numerosos países, además de importantes ingresos económicos, una imagen
de calidad y prestigio que permiten a esas regiones crecer, ser sostenibles y
fijar su población al territorio.
La Conferencia Española de
Consejos Reguladores Vitivinícolas integra en la actualidad a 52 Consejos
Reguladores, representativos de 54 denominaciones de origen (los consejos de
Jerez y Málaga lo son también de las D.O. Manzanilla y Sierras de Málaga,
respectivamente). Según datos publicados por el MAGRAMA (campaña 2012-2013), en
términos comerciales sus asociados agrupan a 3.713 bodegas en todo el país (el
92,2 % del total de bodegas adscritas a las 69 D.O.), que comercializan
11.240.340 de hl. de vino con D.O.,
la inmensa mayoría de la comercialización del vino envasado con D.O. en España
(98,8 %). Los 52 Consejos Reguladores integran a 123.787 viticultores (el 92,3%
del total de viticultores adscritos a las 69 D.O.) y son titulares de 552.170
hectáreas de viñedo (el 95,5 % del total de superficie adscrita a las D.O.).
CECRV (comunicado)