La
Denominación de Origen Tacoronte-Acentejo está celebrando este año sus primeros
25 años de vida; fechas que invitan a contemplar el camino recorrido y propensas a la nostalgia que provoca el echar
la vista atrás. Pero también debería ser momento para dirigir la mirada hacia el
horizonte al que nos dirigimos. Seguro que muchas cosas cambiarán en los
próximos 25 años en el sector del vino y también para Tacoronte-Acentejo. El
futuro es incierto, pero no totalmente imprevisible, y convertir la
incertidumbre en riesgos calibrados y conocidos exige la reflexión en torno a
la información disponible sobre las tendencias en marcha. He aquí una selección,
más algunos interrogantes que les acompañan:
1. El
cambio climático seguirá su inexorable camino, con efectos cada vez más
visibles en nuestro entorno natural, desencadenando cambios en los ecosistemas naturales
y también en la localización de los cultivos. La presión erosiva sobre la capa
vegetal del suelo canario seguirá aumentando. Los acontecimientos climatológicos
extraordinarios se harán más frecuentes y con ello aumentará la volatilidad de
las cosechas tanto en cantidad como en calidad. Al mismo tiempo. la sociedad
tomará mayor consciencia de la importancia de una economía baja en carbono. De
ello también se hablará en el marketing de los productos agrarios (productos
km0, etc.) y los vinos no se pueden quedar al margen de este cambio de
mentalidad.
2. Las
sociedades autodenominadas “desarrolladas” –“países enriquecidos” denominados
por otros– están inmersas en un proceso de polarización económica y social.
Canarias también. El aumento de la desigualdad está lejos de ser simplemente un
fenómeno coyuntural provocado por la reciente crisis económica y no
desaparecerá con la vuelta del crecimiento económico. Cuando la pobreza laboral
–ser pobre a pesar de tener trabajo– acompaña a un número creciente de hogares,
los mercados de consumo se ven afectados. También el consumo tradicional de
vino; su volumen se reduce y aumenta su segmentación interna.
3.
La digitalización de la vida cotidiana se abre
camino a pasos a agigantados en la distribución de los bienes de consumo frecuente.
Lo que empezó de forma selectiva en algunos servicios como la banca, los viajes
y el cine, se amplía al resto de ámbitos del consumo masivo. Amazon repartiendo
café y verduras. Son cambios que afectarán a la distribución de los vinos. Y
aunque la insularidad canaria retrase y module estos efectos, los cambios llegarán
y modificarán sustancialmente los comportamientos de compra y de consumo de los
hogares canarios. Y probablemente no simplemente por comprar el mismo vino por
otro canal, también por comprar otros vinos y no los de antes, además de comprar
otros productos que no sean vinos pero que les pueden sustituir. Quedarse
meramente en lo analógico es sentencia de muerte digital.