Fuente: Fundación Dieta Mediterránea: www.dietamediterranea.com
Tutelar, defender, poner en valor y promover
los productos agroalimentarios y el estilo de vida asociados a la “Dieta
Mediterránea”, declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la
Humanidad, es el objetivo de esta iniciativa promovida por el Gobierno, la
Fundación Dieta Mediterránea y Conferencia Sectorial de Agricultura y
Desarrollo Rural. El vino, consumido con moderación y durante las comidas, está
considerado parte integrante de la Dieta Mediterránea.
¿Qué es la Dieta Mediterránea?
La antigua palabra griega diaita, de la que
deriva dieta, significa estilo de vida equilibrada, y esto es exactamente lo
que es la Dieta Mediterránea, mucho más que una pauta nutricional.
La Dieta Mediterránea representa no sólo una
dieta alimentaria sino también un estilo de vida saludable, un elemento que
refuerza el sentimiento de pertenencia a una comunidad y contribuye a
promocionar un territorio y su diversidad.
La Dieta Mediterránea es una valiosa herencia
cultural, que a partir de la simplicidad y la variedad ha dado lugar a una
combinación equilibrada y completa de los alimentos, basada en productos
frescos, locales y de temporada en la medida de lo posible.
Los alimentos no son, en el Mediterráneo,
meramente nutrientes. Convocan. Las palabras de Plutarco en su obra “Vidas
Paralelas” ilustran con una sencilla perfección esta realidad: “Los hombres se
invitan no para comer y beber, sino para comer y beber juntos”. No hay duda que
en el Mediterráneo, cuando hablamos de ingredientes de su dieta, a “la trilogía
trigo, vid y olivo”, a las legumbres, a las verduras, a las frutas, al pescado,
a los quesos, a los frutos secos, hay que añadir un condimento esencial, quizás
un ingrediente básico: la sociabilidad.
La Dieta Mediterránea se caracteriza por la
abundancia de alimentos vegetales, como pan, pasta, arroz, verduras,
hortalizas, legumbres, frutas y frutos secos; el empleo de aceite de oliva como
fuente principal de grasa; un consumo moderado de pescado, marisco, aves de
corral, productos lácteos (yogur, quesos) y huevos; el consumo de pequeñas
cantidades de carnes rojas y aportes diarios de vino consumido con moderación y
durante las comidas. Su importancia en la salud del individuo no se limita al
hecho de que sea una dieta equilibrada, variada y con un aporte de
macronutrientes adecuado. A los beneficios de su bajo contenido en ácidos grasos
saturados y alto en monoinsaturados, así como en carbohidratos complejos y
fibra, hay que añadir los derivados de su riqueza en sustancias antioxidantes.
Los científicos han puesto de manifiesto que
este estilo de vida es beneficioso para la salud y el bienestar de las
personas. Además, contribuye al mantenimiento de una agricultura sostenible y a
proteger el medio ambiente.
Conferencia Española de Consejos Reguladores
Vitivinícolas (CECRV)