“EL
VINO ESTÁ HECHO CON MIMO, CON LO CUAL
CREO QUE NO HAY QUE ENTENDERLO, SINO DISFRUTARLO”
Hoy he leído esta frase en uno de los
tantos correos electrónicos que me llegan cada día; al principio pensé : ¡vaya frase! pero a medida que pasa el tiempo y esa frase
seguía en mi mente recordé un artículo de una reputada enóloga. En este
artículo esta señora, por cierto bastante reconocida en el sector vitivinícola
en los pasadas décadas 80-90, y ya un poco desaparecida, realizaba unas
metáforas muy curiosas y algo desproporcionadas, ¡claro está! todo esto bajo mi
modesta opinión como consumidora. Recuerdo aquella que decía: “Este vino huele
a enaguas de abuela recién planchadas“,¡uff! ¡Dios, mi abuela! que en gloria
esté las usaba de seda y aquello no se planchaba, a dios gracias; y ésta otra:
“ Este vino huele a polvo de primera hora, que por cierto no huele igual al
polvo de media noche“.Tomen nota por si alguien no se ha percatado de ello, además
tengo otra buena: “Este vino tiene aromas a sudor de mozo”, pero ¡quién se
tomaría un vino con estas descripciones!.
Disfruto escuchando a un enólogo
hablando de sus vinos, de esos aromas de frutos del bosque, vainilla , del
esfuerzo que realizan para sacar al mercado un producto donde realzan las
cualidades de unas uvas, unas tierras, que cada botella lleva un poco de
nuestros viticultores, de su trabajo y su tesón, su amor por la viticultura,
por el paisaje, en definitiva por el buen hacer.
Pues
por todo ello … ¡NO ENTIENDAN DE VINO, SIMPLEMENTE DISFRÚTENLO!
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