En
1980 el consumo per cápita era de unos 50 litros de vino, en 2010 se
situó en 18 litros. Todo el sector vitivinícola coincide en que hay
que frenar la caída del consumo de vino y además, que no hemos
sabido acercarnos a un sector de la población como son los jóvenes,
por lo menos como nos hubiera gustado, por ello se reconoce que hay
mucho terreno que conquistar aun y mucho que hacer en el ámbito de
la promoción.
Ahora
bien, llegado a este punto, hay que proponer preguntas para que se
puedan responder con un mensaje adecuado a lo que se busca. Tan
importante es adecuarnos a lo que queremos dar a conocer como el
mensaje elegido.
Probablemente,
muchos de los fracasos obtenidos en inversiones de promoción son por
el lenguaje con el que se ha tratado siempre al sector del vino, hay
que hablar con un lenguaje desenfadado, cercano, hay que eliminar la
percepción de que el vino es un producto elitista, difícil de
beber, hay
que saber….
Hay
que sacar el vino del escenario exclusivo de consumo y llevarlo a
cualquier ocasión, un elemento cercano en el día a día. Se hacen
campañas dirigidas a jóvenes con mensajes tradicionales y mediante
canales tradicionales de comunicación: esto es ”casi, casi, tirar
la campaña a la papelera”.
Ahora
se hace necesario la comunicación de cualquiera de nuestras acciones
a través de las redes sociales también. En definitiva, un buen
comienzo, podría ser empezar a trasmitir a los jóvenes que para
disfrutar del vino no hace falta ser un entendido.
Mari
Paz Gil
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