Dejamos atrás el mes
de abril y continuamos con temperaturas bajas. En este mes de mayo, la brotación
avanza lentamente y el viñedo presenta un retraso generalizado en el ciclo
vegetativo de unas tres semanas respecto al año pasado. El evidente retraso del
viñedo está provocado fundamentalmente por las altas y bajas temperaturas en
momentos no habituales, sobre todo a un “invierno cálido”. En esta campaña “tan
irregular” la influencia de las lluvias y de las bajas temperaturas en el
estado vegetativo de nuestras variedades hace que las primeras hojas brotadas
presenten en muchos casos un color verde pálido, a veces amarillento, que da al
viñedo un aspecto poco saludable. Estas afecciones se corregirán en la mayoría
de los viñedos cuando aumenten las temperaturas.
Otro de los aspectos
negativos de esta brotación tardía tiene que ver con la posible incidencia de
varias plagas y/o enfermedades que pueden afectar de forma importante a los
brotes. Enfermedades como el mildiu y el oídio principalmente. En todos los
casos, el lento crecimiento del brote, unido a condiciones climáticas
concretas, facilita la colonización de las pocas hojas de estos hongos e
incluso insectos con todos los problemas asociados que ello conlleva. Por lo
que no hay que descuidar la protección sanitaria de los viñedos y hay que estar
muy atentos para prevenir los posibles daños. La prevención es la mejor
herramienta para evitar daños mayores y mantener el óptimo estado sanitario del
viñedo. Las reservas hídricas del
viñedo en esta campaña son bastante satisfactorias, mirando los viticultores al
cielo a la espera de jornadas calurosas que favorezcan el cuajado.
F. D.
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