Los vinos una vez acabada la
fermentación se presentan turbios, debido a la presencia de materias
suspendidas, que irán cayendo al fondo del depósito con el tiempo. Podemos
esperar que aclare por si solo, o ayudarlo mediante la adición de clarificantes,
que aceleran la caída de las partículas no deseadas. Las temperaturas más
bajas, el medio que lo contiene, ya sea barrica o acero, hacen que la
clarificación sea más o menos rápida. Por ello, debemos decidir si clarificamos,
antes de preparar el vino para el embotellado, o no. La clarificación de los
vinos supone la adición del clarificante, seguida de agitación del vino para
realizar una buena mezcla. En función de los elementos o sustancias que deseemos
retirar y del tipo de vino, se utilizará un tipo de clarificante u otro. Entre
ellos se suelen utilizar clarificantes de origen animal, mineral, marino, etc.,
siendo los más destacados la albúmina de huevo, gelatinas y bentonitas. Estos
reaccionarán rápidamente con las sustancias, que una vez precipitadas en el
fondo del depósito serán retiradas mediante un trasiego, a los 10 ó 15 días, de
añadido el clarificante. Así conseguiremos como producto final, un vino más equilibrado
y agradable al paladar, respetando siempre las características aromáticas y
tipicidad de los vinos.
F. D.
la foto bonita, pero mala composición , la próxima vez dale la vuelta al huevo, no veo si esta caducado
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